La psicosis se define como un trastorno mental grave que altera profundamente la capacidad mental de un individuo, haciéndole perder el contacto con la realidad. Se trata de una patología que puede ocurrir a cualquier edad y que trae consigo complicaciones graves, como abuso de alcohol y drogas o autolesión.
En este sentido, uno de sus principales tratamientos se centra en la administración de antipsicóticos o neurolépticos, aunque es importante destacar que estos fármacos no se utilizan únicamente para este trastorno, sino también para otras patologías.
¿Qué ocurre cuando nuestro cuerpo no reacciona bien a la administración de este tipo de fármacos? Que ocurre lo que se conoce como síndrome neuroléptico maligno, una afección que puede llegar a resultar muy grave para el paciente.
En este artículo, vamos a centrarnos en este síndrome, contándote sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento. De esta forma, no solo sabrás cómo detectarlo, sino también cómo actuar adecuadamente ante un paciente con esta patología.
¿En qué consiste este síndrome?
El síndrome neuroléptico maligno (SNM) es una reacción poco común a los fármacos antipsicóticos que tratan la esquizofrenia, el trastorno bipolar y otras afecciones de salud mental. Por tanto, afecta al sistema nervioso y parece ser una reacción adversa exagerada a fármacos que sean capaces de producir un bloqueo dopaminérgico a nivel central.
Fue descrito por primera vez en 1986, por Delay y Denker, y puede afectar a cualquier persona que tome neurolépticos, aunque los hombres parecen tener un riesgo mayor que las mujeres. Además, aunque se cree que dos tercios de los casos ocurren dentro de la primera semana del inicio del tratamiento, el síndrome puede comenzar en cualquier momento durante este.
La recurrencia de un ataque de NMS no es infrecuente y el riesgo de recurrencia está estrechamente relacionado con el tiempo transcurrido entre el final del episodio original de síndrome neuroléptico maligno y el comienzo de la nueva administración de un fármaco antipsicótico. Si el periodo de espera es de dos semanas o menos, alrededor del 63% tendrá una recurrencia.
El SNM es muy raro, solo alrededor de 1 a 2 de cada 10.000 personas que toman antipsicóticos lo padecen. Lo cierto es que la afección es grave, pero se puede tratar y la mayoría de las personas se recuperan por completo cuando se detecta temprano.
Causas y síntomas del NMS
Todos los fármacos antipsicóticos pueden causar NMS. En este sentido, los fármacos antipsicóticos más antiguos incluyen: clorpromazina (Torazina), flufenazina (Proxilin), haloperidol (Haldol), Loxapina (Loxitane), Perfenazina (Etrafon) y Tiroidazina (Mellaril).
Por otro lado, los médicos llaman a los fármacos ansipsicóticos más nuevos “antipsicóticos atípicos” y estos incluyen: aripiprazol (Abilify), asenapina (Saphris), brexpiprazol (Rexulti), cariprazina (Vraylar), clozapina (Clozaril), ilopedirona (Fanapt), olanzapina (Zyprexa), palipedirona (Invega), quetiapina (Seroquel), risperidona (risperdal) y ziprazidona (Geodon).
Estos medicamentos bloquean una sustancia química del cerebro llamada dopamina, lo que puede hacer que los músculos se pongan rígidos y causen movimientos rígidos en personas con la enfermedad de Parkinson, por ejemplo. De hecho, estos pacientes pueden contraer NMS si dejan de tomar su medicación demasiado rápido.
Como hemos dicho anteriormente, cualquier fármaco antipsicótico puede causar NMS, pero los medicamentos más fuertes, como la flufenazina y el haloperidol, tienen más probabilidades de desencadenarla.
Además, también es probable contraer este síndrome si la persona toma dosis altas de droga, aumenta rápidamente su dosis, obtiene la medicina en forma de inyección o cambia de un fármaco antipsicótico a otro.
Algunos medicamentos que se usan para tratar las náuseas y los vómitos también pueden desencadenar este síndrome, ya que bloquean la dopamina. Por ejemplo, la domperidona (Mitilium) o el metoclopramida (Reglan).
En cuanto a los síntomas, generalmente, estos comienzan dentro de las dos semanas posteriores a la primera toma del medicamento o al cambio de dosis. A veces, aparecen unos días después de que empiecen a tomarlos o, por el contrario, puede que no tenga ningún síntoma hasta meses después.
Estos síntomas suelen durar entre 7 y 10 días y son fiebre alta (102 a 104 F), rigidez muscular, sudoración excesiva, pulso irregular, ansiedad u otros cambios de estado mental, latidos cardíacos rápidos o anormales, respiración rápida y más saliva de lo habitual.
No obstante, el SNM también puede dañar los músculos y causar presión arterial muy alta o baja. Si no recibe tratamiento, puede tener problemas graves como insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca y pulmonar, falta de oxígeno en el cuerpo, infección en los pulmones por respirar líquido y tener más ácido en el cuerpo.
A esto se suma niveles anormalmente altos de potasio (hiperpotasemia), destrucción importante del tejido del músculo esquelético (rabdomiolisis) o coágulos de sangre en venas y arterias.
Diagnóstico y tratamiento
A la hora de realizar el diagnóstico, el profesional de la salud buscará los síntomas principales del SNM, es decir, temperatura alta y rigidez de los músculos. No obstante, para ser diagnóstico, deberá tener en cuenta otras señales de advertencia, como latidos cardíacos rápidos, presión arterial alta o baja y sudoración.
Existen otros trastornos similares a los del síndrome neuroléptico maligno, por lo que el médico también realizará una o más de estas pruebas: análisis de sangre y orina, exploraciones por imágenes cerebrales, prueba de líquido cefalorraquídeo y EGG para encontrar problemas eléctricos en el cerebro.
En cuanto al tratamiento, lo primero que hará el profesional de la salud es retirar el medicamento que provocó este síndrome. Además, a menudo, las personas con SNM reciben tratamiento en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital, con la intención de bajarle la fiebre y proporcionarle líquido y nutrición.
Entre los medicamentos que se administran en el tratamiento se encuentran los que relajan los músculos tensos, como dantronelo (Dantrium) y los destinados a la enfermedad de Parkinson, que hacen que el cuerpo produzca más dopamina.
No obstante, si estos medicamentos no ayudasen, el médico también puede probar la terapia electroconvulsiva. Esta terapia es indolora y consiste en que el paciente está dormido y una pequeña corriente eléctrica viaja a través del cerebro para desencadenar una convulsión.
Generalmente, el paciente mejora en una o dos semanas. Después de la recuperación, la mayoría de las personas pueden tomar medicamentos antipsicóticos nuevamente, aunque lo más seguro es que el médico cambie el medicamento.
Además, es importante destacar que el SNM puede reaparecer después de recibir tratamiento, por lo que el médico controlará muy de cerca cualquier signo de este síndrome.