La exploración física o examen clínico es el conjunto de maniobras que realiza un profesional de la salud para obtener información sobre el estado de salud de una persona. En este sentido, existen múltiples exploraciones clínicas o físicas que se realizan después de una correcta anamnesis en la entrevista clínica.
Entre las exploraciones físicas, se encuentra la colonoscopia, que es una prueba diagnóstica muy utilizada e importante para la extracción de pólipos, que disminuye notablemente la mortalidad por el cáncer de colon.
En este artículo, vamos a contarte en qué consiste exactamente este procedimiento y cuáles son las medidas que se deben de tener en cuenta antes y después del procedimiento.
¿Qué es la colonoscopia y para qué se utiliza?
Una colonoscopia es una prueba que le permite al profesional de la salud ver el interior del intestino grueso, es decir, del colon y del recto. Generalmente, se usa para evaluar síntomas gastrointestinales, como sangrado, dolor abdominal o cambios en los hábitos intestinales (la frecuencia con la que se defeca, la facilidad, el color y la consistencia de las deposiciones).
Lo cierto es que lo más importante de esta prueba es que ayuda a detectar pólipos colorrectales o cáncer. Esto es muy útil, puesto que la extirpación temprana de pólipos significa que no pueden convertirse en cáncer. No obstante, hay que destacar que la colonoscopia no está diseñada para detectar cáncer de próstata.
En este sentido, la comunidad médica recomienda que cualquier persona, que no tenga factores de riesgo de cáncer colorrectal, se someta a una colonoscopia de detección a partir de los 45 años. El momento de realizarla varía según los resultados de la prueba y es posible que se realice una colonoscopia a una edad más temprana si tiene mayor riesgo de cáncer de colon o alguno de los siguientes factores de riesgo:
La colonoscopia no debe usarse como prueba de detección en personas que no presentan síntomas o que tienen un riesgo promedio de cáncer de intestino.
¿Cómo es el procedimiento?
La colonoscopia la realiza un médico con experiencia en el procedimiento y tiene una duración aproximada de 30 a 60 minutos. Antes del procedimiento, como veremos más adelante, al paciente se le administra medicamentos vía intravenosa para que se sienta relajado y se le pedirá que se acueste sobre su lado izquierdo en la mesa de exploración.
La prueba se realiza utilizando un instrumento flexible, muy largo y que incluye una cámara, lo que se conoce como colonoscopio. Este instrumento mide aproximadamente ½ pulgadas de diámetro y, al tener una cámara, transmite la imagen del revestimiento del colon para que el médico pueda examinarlo en busca de anomalías.
Además, el colonoscopio también tiene capacidad para extraer tejido, por lo que se pueden sacar pequeñas cantidades para su análisis, identificarlas y extirpar crecimientos anormales o pólipos.
De esta forma, el colonoscopio se inserta a través del recto y avanza hasta el otro extremo del intestino grueso. Además, se dobla para que el médico pueda moverlo por las curvas del colon e inyecta aire, lo que lo expande y ayuda a que el médico vea con mayor claridad.
En algunos casos, es posible que el paciente sienta calambres leves durante el procedimiento, para lo que el profesional le recomendará respirar lenta y profundamente varias veces. Cuando el médico termina, el colonoscopio se retira lentamente mientras se examina cuidadosamente el revestimiento del intestino.
En muchos casos, la colonoscopia permite un diagnóstico y tratamiento preciso sin necesidad de una operación mayor.
Preparación antes de una colonoscopia
Antes de realizar una colonoscopia, es importante que el paciente informe al médico sobre qué medicamentos toma a diario, lo que incluye productos recetados y de venta libre como suplementos. Será en ese momento cuando el profesional le indique qué medicamentos debe evitar y qué cambios pueden ser necesarios, ya que posiblemente tenga que reprogramar sus medicamentos si tiene diabetes o necesita anticoagulantes.
En este sentido, es esencial que el paciente siga las instrucciones sobre qué comer y beber en los días previos al procedimiento. De esta forma, se asegurará de que el colon esté vacío y el médico pueda ver claramente cuando el colonoscopio esté dentro del colon. Esto se conoce como preparación intestinal.
Generalmente, se recomienda evitar los alimentos con alto contenido de fibra, como frutas, verduras, arroz integral, pasta integral, salvado, cereales, nueces y semillas. En su lugar, se puede tomar arroz blanco, pan blanco, carne, pollo, pescado, yogur, queso, papa y calabaza.
Además, es posible recetar un laxante fuerte para que el paciente lo tome de 12 a 18 horas antes de la prueba. Este se toma por vía oral en forma líquida o en tabletas y le provocará diarrea acuosa que le ayudará a vaciar el intestino.
También puede beber solo líquidos, como agua, caldo, té negro y café, y zumo de frutas durante 12 o 24 horas antes de la prueba. De esta forma, evitará que el paciente se deshidrate.
Por otro lado, el paciente debe informar al médico sobre cualquier afección médica especial, como estar embarazada, tener condiciones pulmonares, enfermedades del corazón, alergias a algún medicamento, si tiene diabetes o si toma medicamentos que pueden afectar a la coagulación de la sangre.
Es posible que deba tomar antibióticos antes de la colonoscopia si tiene una válvula cardíaca artificial o si necesita tomar antibióticos antes de un procedimiento dental o quirúrgico.
¿Qué sucede después de una colonoscopia?
Después de la colonoscopia, el paciente permanecerá en una sala de recuperación durante cerca de 30 minutos bajo observación, aunque la cantidad de tiempo que esté en recuperación depende de si fue sedado o no y del tipo de medicamento para el dolor que recibió. Puede sentir algunos calambres o sensación de tener gases, pero esto generalmente se pasa rápidamente y puede reanudar su dieta normal.
El sangrado y la punción del colon son complicaciones raras, pero posibles de la colonoscopia y puede presentar síntomas como sangrado rectal excesivo o prolongado o dolor abdominal intenso, fiebre o escalofríos.
También es importante evitar el alcohol, la conducción y el funcionamiento de maquinaria durante las 24 horas siguientes al procedimiento y el profesional de la salud deberá indicar al paciente cuándo es seguro volver a tomar sus anticoagulantes o cualquier otro medicamento.
Además, si se extirparon pólipos o se realizó una biopsia, es posible que note un leve sangrado rectal durante uno o dos días después del procedimiento.