Hay una serie de circunstancias que obligan a los profesionales de la salud a actualizarse a través de la formación continua y a adaptarse al nuevo panorama que define un nuevo contexto en el que la inmediatez y la hiperconectabilidad son la norma.
Estos aspectos no solo se refieren al currículum profesional o investigación, sino también a los siguientes:
- Los sanitarios interactúan con un nuevo perfil de paciente que utiliza las herramientas digitales para investigar sobre su enfermedad. Este conocimiento hace que acuda al profesional sanitario para demandar respuestas sobre preguntas concretas, más que para buscar información o consejo.
- La eHealth es una disciplina nueva que evoluciona a un ritmo vertiginoso y exponencial, y ello obliga a los profesionales a formarse en el uso de las estrategias y herramientas que le permitan tanto gestionar la ingente cantidad de datos que reciben como adaptarse a las nuevas formas de trabajo que impone la digitalización.
- La necesidad de combatir el fenómeno creciente de informaciones erróneas o fake news que se difunden rápidamente por la red y que complica aún más el manejo de datos y la atención al paciente. El “I Estudio sobre bulos en salud” señala que dos de cada tres médicos han atendido en su consulta a pacientes preocupados por el contenido de alguno de estos bulos, y el 59% de los profesionales encuestados ha detectado un incremento en los bulos de salud que circulan entre los pacientes. El contenido más habitual de esos bulos son las pseudoterapias (71%), la alimentación (54%) y el cáncer (41%).
- Google y portales similares. El citado estudio refleja que el 79% de los profesionales no confía plenamente en Internet como una fuente fiable de información sobre la salud, siendo los principales motivos expuestos para justificar esta desconfianza la falta de validación de la información que hay en la red (59%) y el hecho de que por ella circulen muchos bulos de salud (36%).