No hay duda de que, con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, son múltiples las técnicas y dispositivos que se han inventado con el objetivo de facilitar el trabajo de los profesionales de la salud y salvaguardar, de una forma más eficaz, la salud de las personas.
Junto a ellas, también se ha provocado un avance e incremento de algunas patologías y enfermedades, consideradas un problema de salud pública, como puede ser la obesidad, la gripe, la diabetes, así como enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Lo cierto es que, actualmente, se utilizan técnicas y dispositivos que ya existían hace décadas, pero que, con el avance de las tecnología, se han ido modificando y adaptando a las necesidades actuales. Es el caso de la Oxigenación por membrana extracorpórea, también conocida como ECMO.
¿Quieres saber en qué consiste exactamente este dispositivo y cuáles son sus tipos, indicaciones, contraindicaciones y complicaciones? ¡Pues sigue leyendo! Te lo contamos en este artículo.
¿Qué es el ECMO?
La Oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) es un dispositivo de asistencia circulatoria extracorpórea que proporciona soporte vital en las situaciones de fracaso circulatorio y/o respiratorio. De esta forma, proporciona la oxigenación tisular adecuada hasta la recuperación del mismo, o bien como puente a la implantación de otros dispositivos de asistencia ventricular o el trasplante cardíaco y/o pulmonar.
Así, el ECMO está diseñado para apoyar la función cardíaca y/o pulmonar cuando esta es inadecuada. No obstante, hay que destacar que este dispositivo no cura la enfermedad, sino que apoya al paciente y le permite a sus pulmones o corazón descansar.
En este sentido, el circuito del ECMO se compone de los siguientes elementos: cánula de drenaje venoso, línea venosa, bomba centrífuga, oxigenador, línea arterial y una segunda cánula de retorno arterial o venosa. A continuación, nos vamos a centrar en los dos tipos de cánulas.
La cánula de extracción tiene la función de llevar la sangre venosa desde una vena central del paciente hasta el dispositivo. Por eso, siempre está ubicada en una vena. Generalmente, los vasos que se seleccionan son las venas femorales, aunque también es posible canular las venas yugulares internas.
Por otro lado, la cánula de retorno es la que lleva la sangre oxigenada por la membrana hasta el paciente. En este sentido, su colocación se hará en función del tipo de soporte que requiera, de manera que su ubicación en una arteria proporcionará soporte cardiorrespiratorio y su ubicación en una vena, exclusivamente respiratorio.
En el soporte veno-arterial, el vaso habitualmente canulado es la arteria femoral, aunque también es posible canular la arteria axilar.
En aquellos casos en los que, técnicamente, no es posible la canulación periférica o aquellos en los que se precisa un mayor soporte circulatorio con cánulas de mayor tamaño, se puede realizar canulación central a través de esternotomía.
Tipos de asistencia circulatoria
Generalmente, hay dos tipos de asistencia de la oxigenación por membrana extracorpórea: Veno-arterial (V-A) y Veno-Venosa (V-V).
En primer lugar, vamos a ver la asistencia Veno-Arterial. Esta consiste en un soporte cardíaco y/o cardiopulmonar, si existe fallo respiratorio. La ubicación de la sección distal de la cánula venosa se encuentra en la aurícula derecha, de manera que la succión de sangre genera una caída de la precarga en cavidades derechas y, por tanto, de la presión venosa central.
La circulación pulmonar disminuirá dependiendo del flujo del dispositivo. De hecho, el inicio de la terapia, con el aporte de sangre en flujo continuo en aorta descendente, genera una amortiguación de la onda de pulso, por lo que el parámetro de monitorización de la perfusión tisular debe ser la tensión arterial media. Asimismo, los pulsos distales se verán disminuidos por lo que interferirán en la lectura de la pulsioximetría.
El flujo de sangre aportado en al aorta descendente supone un aumento de la post-carga por un aumento en la resistencia a la eyección del ventrículo izquierdo. Además, el gasto cardíaco total será el resultado de la suma del gasto cardíaco del paciente más el gasto cardíaco aportado por el dispositivo.
Es importante que la lectura del gasto cardíaco del paciente medido, a través de Swan-Ganz, debe ser interpretada con cuidado, al verse infraestimada por la disminución de la precarga. Por tanto, el cálculo más exacto debe realizarse a través de ecocardiografía.
Tras el inicio de la asistencia circulatoria, es frecuente el desarrollo de un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica con vasoplejia o un síndrome de fuga capilar, precisando de forma temporal el uso de drogas vasoactivas.
El ECMO Veno-Venosa (V-V) es el soporte vital exclusivamente pulmonar, por lo que suple parte de la función del órgano cuando este falla. La sangre es extraída y retornada al sistema venoso, por lo que no existen modificaciones en la precarga y del ventrículo izquierdo.
El gasto cardíaco es, por tanto, exclusivamente el aportado por el corazón del paciente, aunque indirectamente puede existir una mejoría al producirse un aumento del gasto cardíaco en cavidades derechas.
Dado que el flujo a la circulación pulmonar no se modifica, pero sí existe una mejoría en la oxigenación, dicha mejoría contribuye al descenso de las resistencias vasculares pulmonares secundarias a la hipoxemia y, por tanto, una disminución de la postcarga del ventrículo derecho.
La aparición de vasoplejía y síndrome de fuga capilar secundario al SRIS, es similar al veno-arterial. En el ECMO V-V, existe el riesgo de recirculación, en relación con la malposición de las cánulas. Esto se produce porque la sangre oxigenada, retornada al circuito venoso, es extraída y provoca una disminución de la eficacia del dispositivo.
Indicaciones y contraindicaciones del ECMO
El ECMO está indicada en la insuficiencia cardíaca o respiratoria que no responde al tratamiento convencional.
Precisamente, en la insuficiencia cardíaca, los criterios para iniciar ECMO incluyen un shock cardiogénico refractorio, parada cardíaca que no responde a las medidas convencionales de resucitación pulmonar y riesgo inminente de muerte secundaria a arritmia ventricular maligna recurrente.
Las ventajas del ECMO en estas situaciones de emergencia son claras: facilidad y rapidez del establecimiento de la asistencia mediante canulación periférica; no es necesario el traslado a quirófano, pudiéndose realizar la técnica en UCI/reanimación y posibilidad de continuar con las medidas convencionales de resucitación cardiopulmonar hasta iniciar el ECMO.
En cuanto a las contraindicaciones, vamos a dividirlas en dos: absolutas o relativas. En las contraindicaciones absolutas se encuentran la insuficiencia aórtica grave, la parada cardíaca no presenciada, una enfermedad terminal (cirrosis hepática, cáncer, diabetes o insuficiencia renal), un fracaso multiorgánico y un daño neurológico irreversible.
Por otro lado, las contraindicaciones relativas son disección de aorta, sepsis, mayores de 70 años y obesidad mórbida.
¿Qué complicaciones puede tener el ECMO?
Las complicaciones durante el empleo de ECMO son frecuentes y, precisamente, el éxito de este tratamiento depende del reconocimiento y tratamiento precoz de estas.
La primera de las complicaciones es la hemorragia, una patología frecuente y que puede, incluso, comprometer la vida del paciente. Generalmente, esta se produce a nivel local en el lugar donde se han implantado las cánulas y se resuelve con revisión quirúrgica y aplicación de productos hemostáticos.
Otra de las complicaciones es la tromboembolia, provocada por la formación de coágulos en el circuito extracorpóreo. Pese a que no son muy frecuentes, sí que pueden llegar a ser muy graves para el paciente. Por eso, es recomendable inspeccionar el circuito en busca de ellos.
La infección es otra de las complicaciones más frecuentes, por eso es importante vigilar los signos de infección para, en caso de detectarlos, introducir lo más precozmente posible la antibioterapia adecuada. Además, un inadecuado manejo de la sepsis puede llevar también a una situación de fallo multiorgánico y esto complica el manejo del paciente en ECMO.
Por último, vamos a hablar de las complicaciones relacionadas con la canulación. En este sentido, son dos: perforación de la arteria o VF y disección de la AF.
¿Por qué es necesaria la formación en ECMO?
Como hemos visto en el anterior epígrafe, el ECMO puede provocar una serie de complicaciones que es necesario conocer, ya que solo así se conseguirá reconocer y tratarlas precozmente y, por tanto, no poner la vida del paciente en peligro.
Ese es solo uno de los tantos motivos que existen para formarse en la Oxigenación por membrana extracorpórea y, lo cierto, es que para ello existen un sinfín de programas formativos que tienen el objetivo de que el profesional esté preparado y cualificado para realizar correctamente esta técnica.