La sangre es necesaria para mantenernos vivos, puesto que es la encargada de transportar el oxígeno y los nutrientes a todas las partes del cuerpo para que, así, puedan seguir funcionando. Además, también transporta dióxido de carbono y otros materiales de deshecho hasta los pulmones, riñones y el sistema digestivo.
No obstante, la sangre también tiene una tercera función: luchar contra las infecciones y transportar hormonas por todo el cuerpo. De esta forma, transporta unos tipos especiales de células para que alcancen los distintos tejidos, como las células del sistema inmune o sistemas de defensa.
Por tanto, la sangre nos ofrece información sobre nuestro estado de salud y ayuda a detectar cualquier posible factor de riesgo. ¿Cómo? A través de la hemoterapia.
Seguramente has oído hablar sobre la hemoterapia o tienes una leve idea de lo que es, pero, ¿sabes cuáles son sus beneficios? ¿Y la diferencia entre hemoterapia y hematología? ¿Y lo qué es la autohemoterapia? ¡Sigue leyendo! Porque, en este artículo, te contamos los aspectos más destacados e importantes de la hemoterapia.
¿Cuál es la función de la hemoterapia?
La hemoterapia se define como una parte de la medicina que se ocupa de la recolección de una cantidad predeterminada de sangre de una persona para, después del procesamiento y análisis de la misma, transfundirla a otra persona, ayudándola así con el tratamiento y mejora de su salud.
De esta forma, se basa en el uso de la sangre o sus derivados con la finalidad de tratar un padecimiento de salud, por lo que su campo de acción comprende la obtención de esta sangre en condiciones óptimas, así como su procesamiento, administración y estudio de sus beneficios y posibles daños.
Estas funciones son llevadas a cabo por profesionales de la salud en el área de hematología, concretamente los médicos hematólogos y hemoterapistas, que necesitan una formación específica y adecuada para poder realizar sus labores con la máxima seguridad y eficacia.
Entre los diferentes profesionales que desarrollan su ámbito de actuación en la hemoterapia, se encuentra el técnico en hemoterapia, cuyas funciones son preparar, programar, promover y ejecutar procesos de hemodonación y transfusión sanguínea. No obstante, también puede desempeñar funciones en la calificación biológica y el control inmunohematológico de los componentes.
Beneficios de la hemoterapia
La hemoterapia tiene una serie de beneficios para las personas, como puede ser la reducción de enfermedades cardiovasculares, la regulación de la presión arterial y una mejor oxigenación de todo el cuerpo, entre otros. Vamos a ver, a continuación, algunos de estos beneficios.
En primer lugar, fortalece el sistema inmunológico. Según los expertos, el fortalecimiento del sistema inmunológico por la hemoterapia puede ayudar a que los pacientes se recuperen de una forma más rápida de algunas enfermedades e infecciones virales, como el resfriado o la gripe.
Esto se debe a que, cuando la sangre de la persona es reintroducida en el organismo, el sistema inmunológico tiene una ascensión y ataca la sangre. Precisamente, este aumento repentino del sistema de defensa del organismo hace que se expulse el resto de la infección del cuerpo.
Otro de los beneficios es que, al extraer la sangre, el nivel de fluido que hay en el organismo se reduce y esto hace que el cuerpo empiece a generar células nuevas, que realizan una purificación de la sangre mediante la oxigenación. Esto provoca que se rejuvenezca cada parte del organismo.
La hemoterapia también ayuda a que el proceso de curación de heridas sea más rápido, además de contribuir al alivio de síntomas de condiciones en la piel y en las articulaciones. En este sentido, este tratamiento se puede utilizar en problemas como eccema, quemaduras o psoriasis.
En estas situaciones, la inyección lleva más sangre al área afectada, por lo que las células reciben “ayuda” para renovar esa parte de una forma más rápida, acelerando el proceso de curación.
El último de los beneficios que os vamos a contar es que la hemoterapia equilibra los niveles de hierro. Al hacer una extracción, el cuerpo pierde una pequeña cantidad de hierro y esto es algo beneficioso para algunas personas, que tengan exceso de hierro. Es el ejemplo de las mujeres pre-menopáusicas, que pueden reducir la probabilidad de sufrir un paro cardíaco con la pérdida de hierro.
¿Cuál es la diferencia entre hemoterapia y hematología?
Actualmente, hematología y hemoterapia se entienden como una misma especialidad y, juntas, se constituyen por cuatro facetas:
Sin embargo, históricamente, esas áreas nacieron con cierta independencia entre sí. Cómo hemos explicado anteriormente, la hemoterapia es una técnica que consiste en la transfusión de sangre de una persona a otra con el objetivo de mejorar el tratamiento y su cuadro clínico.
Por su parte, la hematología se define como la rama de la medicina que se encarga de las enfermedades de la sangre y de los órganos que la sintetizan. Por tanto, su campo de actuación se centra en el estudio de la etiología e investigación de la sangre y sus órganos, pero también en el diagnóstico, tratamiento, pronóstico y prevención de este tipo de enfermedades.
¿Qué es la autohemoterapia?
Si hemos explicado que la hemoterapia es la transfusión de sangre de una persona a otra, la autohemoterapia consiste en la hemoterapia con sangre propia, es decir, retirar la sangre y después retornarla al organismo de la misma persona. Actualmente, se encaja dentro de la medicina alternativa o naturista y es una transfusión de sangre que no es inmediata ni tienes fines científicamente válidos.
El efecto de la autohemoterapia puede estar relacionado con el hecho de estimular una respuesta de rechazo del organismo cuando la sangre es inyectada de nuevo, lo que provoca la acción el sistema inmunológico. Existe la creencia de que, cuando la sangre se inyecta nuevamente, el organismo la ataca porque contiene restos de la enfermedad.
Así, esta acción haría que la persona tuviese una mayor resistencia contra dicha enfermedad y, de esta forma, lograse combatirla con una mayor rapidez.
No obstante, es muy importante destacar que, aunque parece tener algunos beneficios, este tratamiento se desaconseja al no haber suficientes estudios científicos que demuestran sus beneficios a largo plazo.